Desde sus inicios, el dispositivo se basa en ultrasonidos que atraviesan la pieza de madera examinada, midiendo y analizando su velocidad de propagación. Combinados con una sólida investigación en ingeniería de materiales, estos datos permiten establecer una auténtica “cédula de identidad” de las propiedades mecánicas del elemento analizado. Correlacionado con la densidad y la rigidez del material, este tiempo de tránsito ultrasónico permite estimar la resistencia mecánica de la madera y su módulo de elasticidad (su rigidez frente a la deformación).
Esta tecnología atrae a usuarios muy variados en todo el mundo. Es especialmente apreciada en obras de restauración patrimonial. En la reconstrucción de Notre-Dame de París, la selección de los mejores robles para la estructura de la aguja se realizó en el aserradero gracias al Sylvatest. Lo mismo ocurrió en la Ciudad Prohibida de Pekín, donde se examinaron numerosas columnas y vigas. El método también se utiliza en objetos de alto valor añadido fabricados principalmente en madera: los aviones del fabricante francés Robin Aircraft, bates de béisbol de pícea, y en el mundo de la luthería, como en el bosque vaudois de Risoux, cuyos abetos centenarios son famosos por sus cualidades acústicas.
La empresa continúa innovando y ha incorporado Bluetooth a su dispositivo principal para facilitar su uso y ofrecer un diagnóstico aún más completo. En mercados en expansión, la tecnología se emplea en proyectos de gran escala: examen de postes de líneas eléctricas, traviesas ferroviarias, seguridad de galerías mineras de cobre en Chile, clasificación de postes de madera en África y selección de madera estructural en el norte de Europa. Según CBS-CBT, examinar la madera desde el inicio permite una clasificación óptima y, en el mejor de los casos, podría duplicar la vida útil de las piezas seleccionadas con respecto a materiales no clasificados.
Último desarrollo: la implantación del test en Malasia. Un mercado especialmente prometedor, ya que el país cuenta con casi 3000 especies de madera diferentes, frente a poco más de 120 en Europa. Esta diversidad abre oportunidades muy interesantes para valorizar maderas tropicales según su verdadero potencial mecánico y estructural. Un nuevo campo de aplicación que permite a Jean-Luc Sandoz y a su empresa poner en práctica su lema: escuchar la materia sin dañarla jamás. Jean-Bernard Litzler